domingo, 20 de marzo de 2011

Palabras

¿Sabes? Me gustan las palabras. Cortas, largas, suaves, estancadas, que cuestan, que salen solas... susurrantes, eufóricas. Las palabras nos acompañan a cualquier lugar, todo expresado por palabras.
Me gusta cuando se intenta describir algo que no puede serlo. Un sentimiento. Un pensamiento. Por ejemplo, decepción ¿qué es la decepción? Busco dececión. Mal. Vuelvo a intentarlo. Decepción; pesar causado por un desengaño. Engaño; acción y efecto de engañar – Falta de verdad de lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre. Pero, ¿y eso? Eso no explica lo que es la decepción, hay que profundizar, porque no puedes explicar un sentimiento tan fuerte a la ligera.
Primero ante todo para ser abatido por la decepción debes creer. Creer tan fuertemente en algo, que pueda decepcionarte, pues, si no te interesa o no lo quieres, no tiene por qué decepcionarte. Y, después de creer en ello es cuando puede decepcionarte. He aquí, entonces, la definición de decepción: Dolor. Dolor que crece desde dentro, del sitio desde donde crece cuando algo de verdad te hace daño. Un lugar dentro de ti que no sabes que existía hasta que lo experimentas. Ese dolor que sientes como una bolita latiendo con dolor y ese latido cada vez ocupa más espacio en tu pecho. Las lágrimas son un consecuente que algunas personas (afortunadas) no experimentan, pues esa decepción ocupa cada parte del cuerpo, haciéndolo insensible, inválido, desconcertado.
Si alguna vez has querido ser un superhéroe, es en ese momento en el que más lo desearías. Tener el poder de retroceder en el tiempo, cuando eras un ignorante de las decepciones. Poder de influir en el pensamiento de la gente, pues desgraciadamente (y afortunadamente) ellos no saben lo que piensas, pero siempre duele que no te comprendan, ¿es tan dicícil para las personas que tú quieres saber que eso te duele? No es odio, ni mucho menos, pero en ocasiones se considera mucho peor. Decepción. Piensas que has hecho las cosas bien y derrepente ¡Paf! El destino y la realidad unidos te dan un manotazo en la cara. ¿Por qué es tan doloroso el dolor? Pregunta estúpida para los sanos de corazón, para los que, en este momento, no sufren, pues siempre hay un momento de sufrimiento esperando para nosotros. Sin embargo, es una gran pregunta para los que sufren, para los que, en algún momento de su vida han sufrido un dolor tan agudo que no calma con medicinas, pues no es físico, pero duele, por mucho que te acurruques he intentes protegerte. Y ¿qué estoy contando que no se sepa? Ya sé que estarás pensando, <<todo esto que ha dicho se resuelve rápidamente en la primera definición: pesar causado por un desengaño>> y yo respondo ¿y qué? Sé que es, en definitiva, lo que estoy intentado expresar, dolor, abatimiento, tristeza... nadie va a decir esta parrafada cuando le pregunten en clase: <<¿qué es la decepción?>> Ni escribirlo en un exámen (pobre del que lo intente ja,ja) pero, pienso que un sentimiento que tanto dolor ha causado a tantas personas no puede expresarse con cinco miserables palabras (lo dice alguien a quien le encantan) pues no es una enfermedad que experimentes y te digan: <<¡Oh! Esto es síntoma de decepción.>> es una cadena de sentimientos, opiniones, acciones, personas, pasado, pensamientos, procedencia, esfuerzo, trabajo, amor, familia, amigos, gente que pasa y no tiene nada que ver, que derrepente, en un miserable segundo, ante tus ojos, se junta, explota y cae, desmadejados sobre el suelo todo tipo de sentimientos, como si fueran tu propio cuerpo, y duele.
Esto era solo un ejemplo, de muchos. Palabras que, al fin y al cabo, nos definen como personas. Saborearlas: Dd...ee...cc..ee..pp...ccii..oo..nnn. Pasean por la boca a pesar de su significado, de lo que conllevan. Palabras caprichosas... ¿qué seríamos sin ellas?...

Patti*

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